En una elección histórica con una participación récord de socios, el ídolo académico venció a la fórmula oficialista y liderará el club acompañado por Hernán Lacunza y Sebastián Saja.
Diego Milito se convirtió en el nuevo presidente de la institución luego de imponerse con contundencia en las elecciones. Su lista, Racing Sueña, obtuvo el 60,08% de los votos (10.267), derrotando al oficialismo representado por Racing Gana y Avanza, -Christian Devia, Víctor Blanco y Alfredo Chiodinique-, que alcanzó el 39,71% (6.787). El acto electoral marcó un récord de participación, con 17.090 sufragantes, el 45,74% del padrón habilitado.
“Es muy fuerte esto. Es un sueño hecho realidad. Me pasan muchas cosas por la cabeza en este momento. Estoy en un lugar que soñé, que me puso la gente. Y eso para mí es un compromiso y una responsabilidad enorme. Voy a dejar mi vida por este club, por proteger a los hinchas que me dieron la posibilidad de cumplir este sueño. Estoy realmente muy feliz”, expresó Milito emocionado tras conocer el resultado victorioso de las elecciones.
Estará acompañado en su gestión por Hernán Lacunza como vicepresidente primero y Martín Ferré como vice segundo. Además, Sebastián Saja, otro referente del club, asumirá como director deportivo.
En sus primeras declaraciones luego del triunfo Milito destacó la importancia de los valores institucionales: “Racing tiene muchos objetivos y todos tienen que ser máximos, desde lo deportivo hasta lo institucional. Racing es familia, es de todos, y queremos a los socios cerca. De la gente ya nada me sorprende. Somos increíbles, gigantes, y lo demostramos cada vez que tenemos que manifestarnos. Es el desafío más grande de mi vida, sin lugar a duda”.
Milito se convierte así en el sexto exfutbolista argentino en presidir un club de primera división, sumando un nuevo capítulo a su vínculo con Racing, luego de ser campeón como jugador en 2001 y 2014. Con una amplia ventaja en las urnas y el respaldo de miles de hinchas, comienza una etapa marcada por grandes expectativas, con la misión de llevar a la Academia al lugar que, según el flamante presidente, «se merece».